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lunes, 14 de enero de 2008

EL VIAJE 7. Medinas por todas partes

La plaza de la medina de Meknes estuvo top top.
Aclaro para los que no lo saben todavía: Medina es todo lo que está adentro de las murallas y están por todas partes. Primera palabra que tienes que aprender antes de quedar como gilipollas total. Es , en caso de, como la nombrada, por los “gay socuts” capitana, del grupo, una pelirroja teñida, que llegó sin saber siquiera quiénes eran los famosos Bereberes.

- Hermana, leé un poco- Le solté en uno de mis arranques de sinceridad rebosada.

Se la daba de gran viajada, mucho zapatito de trecking, mucho timberland al pedo, porque trecking, que yo sepa no íbamos a hacer. Y resulta que los orígenes de Hassan, el conductor, y Abdul, el guía de Boludilis que tanto histeriqueó, y todos los autóctonos que nos cruzábamos en el camino, eran Bereberes.
Bueno, resultó que el nombre lo aprendió de golpe en un bombardeo de un rap francés que le traduje en un baldazo frío.
On n’est pas de Barbar, on est de Berber. No somos Bárbaros, somos Bereberes, repetían en el estribillo de un rap sonoro, que vibraba en el coche con nuestros cuerpos bailando en los asientos esperando quizás, alguna traducción, o no, …total…! Es igual.

Pero girando mi cabeza a los asientos de atrás traduje , le dije, le expliqué
- Ey, mirá lo que dice la cancioncita que tanto te gusta, nena!.
Que me preguntó qué eran los Bereberes, sería volver al inicio del diálogo. Lo dejo.

Los gay scouts, hay que decirlo, resultaron ser bastante divertidos, muy divertidos. Aunque los casados, glotones a muerte, eran unos gorditos agradables que sólo pensaban en comer, y cuánto más comían ellos, más me resistía yo al turismo gastronómico.

Mis piernas quedaron doloridas del recorrido en los tenderetes de la bendita Medina de Fez.
Te quedas de ver alfombras, teteras, cueros, bolsos, cojines, mezquitas, puertas, ventanas y balcones de maderas talladas….digamos…que …saturada, para decirlo finamente.

Miro fuentes en un hotelazo de super lujo en que vinimos a ver el atardecer.

Fuentes, palmeras, torres de minaretes, deleitan nuestros aturdidos ojos, mientras se comentan en catalán los vericuetos de la jornada.

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