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viernes, 21 de diciembre de 2007

LAS REDES

LAS REDES

EL SELLO DE LACRE

La búsqueda comenzó con un claro detonador: una carta cerrada con un sello de lacre rojo, casi húmedo. La veo asomar por un maldito buzón que nunca guarda misterios.
Me hielo entonces el culo en el escalón de mármol, mientras el papel medieval se resiste y mis hormonas inician una carrera sanguínea a gran velocidad.
El sobre estaba ilustrado con tonos pasteles e imágenes románticas, la carta, labrada en una cartulina color vainilla, contenía un poema que anunciaba, textual, te lo juro, y patéticamente real, lo siguiente:

“Tu gesto levantó la brisa que abrió mis alas,
y mientras se despliega suave el cielo,
tu caricia siento,
tu caricia llevo,
tu caricia aguarda.”

Mis ojos se dilataban por la incógnita cuando los riñones detenían la carrera aderenalínica. Una seguidilla, a lo Sherlock Holmes, de los diez tipos que estuvieron anoche en casa …pasó velozmente por mi cerebro…
La misión descarte duró segundos…
Quedaban dos.

César, un cubano asilado, adorable, inteligentísimo, convertía la esquela en una poesía erótica fantástica y con acento meloso caribeño. Me recordaba a Lázaro, la aventura caliente que reprimí cuando estuve en su isla….Qué pena!

Miquel era el otro. Convertía el poema en un acto de cursi, infantil, incomprensible, y sin finalidad alguna.

A los tres días de ansiosa espera, ya me había convencido de que era el cubano, el que me estaba invitando a recordar al negro sexy, con quien había danzado a lo porno durante las diez noches del Guanabo Club. Una disco llena de cubanos sin turistas que me transformó en cubanita total, asimilada hasta lo confundible, en un escenario de club de barrio, decorado con maravillosas diosas negras apretadas en lycra y plataformas…

- Perdoname que te haya dejado tantos mensajes, pero es que precisaba hablar con vos, ya !!!. –
Le dije. Como si de un trámite urgente se tratara.

- Hola, mi amor!!! Pero qué pasa, chica? Oye, que ocurre? Qué me quieres decir?
Responde él, con esa dulzura cubana que te derrite antes de que empieces a pensarlo.

¿¿¿Cómo se le pregunta a un hombre si te hizo una declaración, o si en realidad él no fue, sino otro ??? !!!

Ante mi pregunta, intentando sincronizar mi mejor acento cubano, lo grotesco de la paradoja ya estaba perfilado.
- Tu tienes por casualidad un sello de lacre?

- De esos antiguos??? Ojalá tuviera yo un sello de lacre!!!
- Porqué, tienes un admirador anónimo?
Exclamó, reprimiendo una sonrisa…que se veía del otro lado del móvil…..

Al otro día reíamos juntos abrazados por la calle, gracias a ese margen ambigüo que dan las diferencias culturales, salvándote de caer en el ridículo perfecto. Y con una estudiada capacidad de reírme de mí misma, todavía en sus brazos, con un último intento de seducción, posibilitado porque nuestros cuerpos seguían aún entrelazados, le suelto …
- Y bueno… Perdí un amante pero gané un amigo…-.
Ya con ira hacia el tarado de Miquel, que con su estúpida carta me hizo quedar en absurdo total…!!!

Cesar, además, a pesar de su eterna seducción, fue demostrando que adoraba hasta la admiración a mi marido, lo que le hizo organizar toda una suerte de actividades masculinas que dejaban a esta fémina descartada.

Estos sucesos me dejaron en la impotencia de un sábado a la noche sola, llorando en la ducha, con las manos en la cara roja.

EL SUCESO HASSAN

Saliendo de la ducha, más inundada por las lágrimas que por el agua calcárea de barcelona, decido dar fin a ese llanto miserable, inútil, lamentable…A dónde vas con semejante espectáculo? me decía a mí misma….En segundos, la guerrera tomó sus armas dispuesta a solucionar de inmediato ese desborde innecesario.

La mirada oscura punzante, una esfinge en la arena inamovible por siglos, una india clavada en su postura de cacique para enfrentar al demonio.
La batalla más dura ya había sido librada. La respuesta entraba en mi cabeza como voces del pasado apareciendo por un túnel…
- ”No puedes tratar a mis discípulas como putas, si quieres una, vete a buscarla a la estación de tren”…-
Stephanne me cuidaba como nunca un padre lo había hecho. Aunque no pudo impedirlo todo. Hassan, recién llegado de África, se comportaba como niño en fábrica de chocolate.
A mí, siempre, desde chica, me gustó ser la amiga de los peores, los desgraciados, los no queridos. Siempre tuve afición a esas uniones solidarias.

El caso es que Hassan era indefendible. Desde el principio nos hicimos amigos viendo que ninguno de los dos se adaptaba fácil al código europeo. Yo, llegaba de argentina, él, de un país árabe. Ambos dispuestos a pasar mes y medio en un campo de verano en Suiza.
Cuando llegué al hotel que nos albergaría en cuartos comunitarios, me pregunté:
-“Y esta gente dónde coge”?
Un mes y medio de abstinencia, desde ya, era impensable. Pero estaban, por suerte, las fiestas salvadoras.
Con Hassan entablamos una amistad basada en su desesperación.
Tratando de ver a cuál se quería coger, el hombre enloquecía, no podía elegir, las quería a todas. Terminamos detrás de una puerta a lo lejano oeste, en el baño de un bar suizo, con camareras vestidas de tirolesas, como propagandas de milka. Aunque los dos sólo veíamos los azulejos limpísimos que se adherían a mis manos, mientras equilibrábamos nuestras energías poco adaptadas a la moral reinante.
Después del feliz suceso del baño compartido, no me enteré por boca de Hassan, que había sido enviado a la estación de tren y que mi cuerpo lo tenía vedado. Pero en una fiesta, no pudo evitar desgarrar el bretel de mi vestido negro de charol, mientras una francesa celosa nos echaba, enfadadísima, del cuarto en que nos habíamos escondido.
Esa misma mujer llegó a pronunciar aquello inimaginable.
Yo, que venía de estudiar “El nacimiento de la tragedia” como la palma de mi mano, idolatrando lo dionisíaco frente a lo apolíneo como creencia incuestionable, tenía que escuchar a una francesa alta y pelada que me interpelaba directa, con convencida autoridad:
-Justamente estábamos hablando de ti.
Me dice en un español amanerado cuando entro en mi propia habitación.
- Pueden seguir, igual, yo no entiendo nada de francés.
Dije, en plan canchera porteña.
- No, precisamente quería hablarte. Te quería decir que tienes que controlar tu energía sexual!!!

Frase para mí, incomprensible, indescifrable…
Indigerible.
La moral francesa caía con todo su peso sobre mí y yo ni siquiera me daba cuenta.
Cultura para la que ser discreto, es la mayor virtud. Traduzco: podés hacer lo que quieras, pero que no se note.
Claro que esa clave no me la dieron el primer día…Yo seguía putaneando con mis shorts de jean rotos en el culo, re-natural para mí, re-escandaloso para ellas.
Pero, de verdad, que no entendía qué había que reprimir, ni porqué…
Solicito hablar con el maestro porque, de todos modos, algún esfuerzo de adaptación veía que era, más que necesario, recomendable.
Hasta mi forma de reír les resultaba rara.
Steph reduce la audiencia con él a una simple sentada en el pasto donde, así nomás, le suelto: - Vos crees que tengo que reprimir mi energía sexual?
Él, maestro hacía no mucho. Yo, veintiocho años. Calculo que para entonces él tendría unos cuarenta y cuatro…Harto de la rigidez europea, ya había dirigido dos campos de verano en argentina. El tipo, siempre muy libre, abierto, flexible, cansado de reglas fijas y estereotipos japoneses.
- Reprimir? No… Porqué?
Ufff…menos mal…
Las puertas para la próxima fiesta ya estaban abiertas! Fue lo primero que pensé.

Pero la advertencia de base se mantuvo a lo largo de los años cuando como monja antigua, soy yo la que no puedo arremeter hacia los discípulos novatos. Tenía una colección de gente prohibida desde antes de conocerlos, cubanos incluidos.
Pero había ahí, una prohibición y una permisión, que aparece como salida olvidada ante tanta lágrima.
El recuerdo del suceso Hassan dió pie a la idea de las prostitutas de la estación. Pero……siendo mujer…..
Cómo lo resolvía…….?

La duda…con la furia guerrera saliendo a la superficie….encontró rápido alivio: Internet….Ahí tiene que haber algo.

LA APARICIÓN DE ZEUS

Se presenta, de pronto, la pantalla como estación de tren capaz de llevarme a los destinos más lejanos. Pero yo, era tan inútil para embarcarme en ello como lo fui para entender la moral francesa con mis vaqueros mostrando un cachete del culo.

Me meto en terra, amigos, noche, y accedo así de rápido al mundo del chat, oculta bajo el nick de “morgana”, mi bruja favorita. Ni idea de cómo iba la cosa, empiezo a ver que aparecen tipos hablándome en ventanitas llamadas privados….y en el segundo renglón, sistemáticamente, me preguntaban si tenía msn. Qué??? Si tenía messenger….Chino básico descifrado en doce horas. A la otra noche, recuerdo que era un martes, y seguía en unos gloriosos días solitarios, ya me había instalado la prometida entrada al paraíso y ya había escuchado dos orgasmos pseudo infantiles con mi móvil. En cuarenta y ocho horas me volví experta en ciber-sex, aprendí los códigos, los pasos a seguir, las preguntas que hay que hacer y los medios más rápidos para calentarse y calentar a un desconocido. Ah! También creé criterios de selección para guardar a los más tiernos, listos y cultos.
En ese chat, apareció Zeus, el dios del Olimpo que me lo enseñó todo. Aunque luego supe, que era yo la que le enseñaría todo a él. Fue el primer enamoramiento cibernético, la primera noche, la primera imagen. Esa noche duró desde las nueve hasta las ocho de la mañana del otro día. Fue un desborde sexual interminable, con la pija sujetada en sus dos manos, mostrando en la cam un largo admirable.

Cuarenta y ocho horas atrás hubiera sido imposible imaginar un botón estratégico que me diera amantes, pijas, hombres, voces, orgasmos, amores… para elegir, en todos los países, idiomas, edades.

Elige… A ver… Qué prefieres?
Decía burlándose la estación de tren más moderna del mundo.


TAXIDRIVER

Había dos variantes de trenes, el de lujo, con sus hombres presentándose con traje a rayas y currículum vitae, o la del pueblo, con las cholas y sus gallinas, los apretujones, las sudadas y los gritos. Allí, las palabras “morbo” y “vicio” aparecían más seguido que cartel de prohibido fumar en estación de metro. Qué palabras! Cómo, se puede mantener cierto estilo autodenominándose “morboso” ? Estas diferencias había que solventarlas rápidamente si una quería jugar al juego con los dos trenes.
Aunque ésta resultó ser la fachada. Luego, aparecieron todos los monstruos embarcados por doquier.
Veamos los supuestos elegantes del “match.com”. La nulidad de la especie humana para auto describirse en su máxima expresión. Allí, la chatura del colono español en su enésima potencia era publicada, vanagloriada, puesta de manifiesto sin vergüenza.
¿Cómo?, me pregunto, una colección de seres puede autodefinirse en su primerísimo renglón como: “Amigo de mis amigos”.
No tiene nombre! Ni explicación alguna!
La educación hispana reducida a cenizas!
Vamos a ver…Si es, como aseguran, una frase hecha…Quién es el autor de esta insensatez ?! Cómo se puede repetir como un loro cualquier cosa ?!
O es que no aprendieron en la escuela lo que es una tautología ?
Y…probablemente, no.

Empecemos de vuelta.
Si un ser humano, por más bueno que sea, no es amigo de sus propios amigos…
De quién cuernos va a ser amigo? Me lo quieren explicar?.
Claro está que sus enemigos, por la propia definición del concepto, sus amigos no son. Vale. Ni tan siquiera los conocidos van a ser sus amigos, y muchísimo menos los que no conoce…!
Entonces, de quién carajo puede ser amigo sino es de sus propios amigos, elegidos por él mismo???!!!

Es como decir, cero más cero igual cero!!!
No! Qué va! Seguro que esta frase tiene consecuencias físicas, filosóficas y metafísicas, diez mil veces más interesantes que el catastrófico “amigo de mis amigos”….Como si te anunciaras... amante de tus amantes…esposa de tu marido….hija de tu madre….hermana de tus hermanos…la imbecilidad puede dar para mucho…
Aunque, porque no, amiga de tus maridos.…. amante de tus amigos…amiga de tus amantes……hermana de tu marido… Pero esa es la variación que los tautológicos no conocen.…

Ya tenía entonces, el primer criterio para descartar toneladas de candidatos apenas empezaban a asomar con la abominable frasecita.

Uno, por favor, uno sólo con imaginación, arte, algo!!!

Las alternativas se reducían hasta que el ingenio y sus garras mefistofélicas fueron haciéndose ver en la multitud…

Entra Robert de Niro, dejando estupefacta a cualquier cibernauta…todas sus caras, sus poses, sus labios…Sigue Al Pacino, con su prometida masculinidad…y su seguridad sensual que te deja embobada…engatusada…
El sexo opuesto y sus dos monumentos magistrales…!
La mafia italiana reaparecía en pleno cuando “Taxidriver” tecleaba atrevidas sugerencias. Él, como ellos, provocativo, astuto, bello…Guau…!!!

Yo, de espectadora obnubilada ante un hombre virtuoso…, podía esperar minutos larguísimos …a que …en su mortuoria oficina ciudadana…se pudiera hacer un hueco para desplegar su encanto.

ACHE

Taxidriver aparecía y desaparecía a la noche, tarde.
Estas relaciones, para perdurar, deben tener un inicio memorable que sostenga una nada basada en la imaginación.
Él, se mantenía mostrándose poco, pero sin desaparecer. Claro que en su debut desplegó el arte de la palabra dejándome, en media hora, boquiabierta.

La parafernalia porteña, con diversas posturas sexuales, dejaron sus marcas sobre las letras cuadradas. Mi idioma natal me acercaba, y me hacía gracia. Me costó entrar en ese lenguaje pasado, pero, para no ser tildada de extranjera en mi propia tierra, enganché el ritmo “lunfardo” lo más rápido que pude, aunque, adornado de españolismos y catalanismos que venían solos.

Un playboy Taxidriver!
De esos que pulsa un botón y cuando la dona que duerme a su lado esa mañana ya no tiene sentido, la expulsa como en las pelis hacia un sótano del que nunca más se supo. Y …si…de esos…
Ya le previne que ese no sería mi destino y que me iría mucho antes de ser eliminada. Él, adicto a cócteles de adrenalina, decía no soportar la repetición con mi género. O sea, al hombre le costaba acostarse dos veces con la misma mujer! Te lo puedes creer???
Investigando, descubrí que obviamente exageraba. Lo que le atraía, como a todos, era la novedad, sólo que él la practicaba como un militante encarnizado.

Si la repetición es la neurosis, este fan de la no repetición podía ser tomado como un ser…normal ???
O totalmente fuera de esta estructura psicopatológica tan popularizada ???

Lo cierto es que este humano pasaba sus tardes, para él, noches para mí, en un cuartucho pulguiento organizando recitales folklóricos, con una gira europea a la vista, que estimulaba su imaginación hacia el cóctel, conmigo, fatídico.

Taxidriver nunca se esfumó, aunque se mostraba poco…y en uno de esos diálogos confianzudos…me doy cuenta de que no estoy hablando con él…Yo veía a otro…

De quién era esa frase, esa voz imaginada, esa calentura guardada ???

El túnel del pasado circulaba por pasadizos con curvas peligrosas, inundadas, oscuras, resonando el eco de alguien …que sólo ví dos o tres veces….que posó su mirada atenta en mi figura danzante….que quiso acercar sus dedos a un cuerpo escurridizo…y sus labios quedaron vibrando por falta de contacto….

Un pasado tan confuso como olvidado…Taxidriver, me conducía por las cavernas imaginadas en que la mirada y la voz de un ser lejano insistían en cada recoveco…

En esas pausas de aire fresco y monótono que aporta la vida cotidiana, suena el móvil.

El ritual femenino de teñir canas incipientes me atrapa en el baño, ya secando un pelo joven y brilloso, con la alegría de la tarea cumplida y el fastidio de tener que repetirla.

Mi ex marido me dice que tiene a su lado a un viejo amigo. Aquí, la tautología es válida, amigo de un amigo, o amigo de un ex marido que es un amigo. Las combinaciones podrían ser diversas…aunque… no tanto.!

Él, suena brillante, feliz, siempre excitado, acelerado, dispuesto a atacar, morder, devorar, abrazar, arrasando con seducción descuidada…atropellando con emoción desbordada, y saliendo detrás de ella…ellas….cuáles?….todas???

Me dejó con el secador apagado en un peinado leonino…Mostré mis dientes frente a un espejo, con una sonrisa que anticipaba al mejor pasajero….

El reloj se detuvo …. se paralizó …

Ache, entraba, …mordisqueaba mi vida.

ACHE ME MATA

Al tercer día del flechazo erótico con Ache, ya habíamos pasado a la fase de conocimiento máximo, con presentación familiar incluída. Hasta a su esposa me mandó en fotos. Nos queríamos volver íntimos sin saber cómo.
Tuvo su correspondiente inicio memorable y una llamada me dejó revolcándome en un suelo de baldosas.

Ache, corría detrás de su vida, y sus momentos valían oro. Se desesperaba, iba y venía, pero seguía el juego con maestría declarando en su primera frase…”yo me quedaría conectado con vos hasta que me pidieras basta”…

Una mañana, en esos mails desaforados en que intentábamos resumir cachos de vida mientras nos arrancábamos la ropa, me sorprende con su tragedia desnuda. El ciber de los chinos, quedó petrificado cuando mis ojos lo inundaron todo. De pronto, dos ríos fluían por mis ventanas impidiendo la continuidad de la lectura.
Yo sabía que Ache había pasado un tiempo encerrado. Pero mi imaginación chocaba con las paredes que lo atraparon durante diez años infinitos …el horror de encontrar lo temido, lo que siempre supe, soñé…
Porque yo había armado una vida capaz de desarrollarse en dos metros por uno, con el yoga, y en uno por uno, con el zen. Años de disciplina para estar lista….Como Sarah O’Connor, en Terminator II, cuando entrena sus bíceps, encerrada entre camas de hierro, para estar preparada en su lucha contra lo inesperado…contra el fin del mundo…

Pero Ache, atravesó diez impensables años de soledad, encarcelado, y no quiero, o si…enterarme del resto…Ese resto que eliminó a mi padre en sus últimos días…meses….años….
El horror de lo tétrico se personificaba en un tipo alegre que se burlaba de su propia historia con ironía.
Ache, superaba el sufrimiento cubano con creces. Mis ríos de llanto en el ciber, no eran comparables a las lágrimas derramadas entre decenas de cervezas, el día que Cesar me cuenta su alianza a los escritores rebeldes, el artículo que los delata, su unión al hijo del che, a nuestro amigo Omar, su primo, su amor, que había sido confiscado a trabajos forzados en la otra punta de la isla, su ayuno que casi lo mata porque no quería vivir, su padre diplomático , el de César, que cede a negociar como figuritas su vida y la de su amigo querido…el auto verde persiguiéndolo en La Habana…como coche de milico en ensangrentadas calles porteñas….

Pero Ache, con sus pocas palabras y mis fantasmas carcelarios, superó a un Cesar salvado, arrancado de su patria….
Ache, con su felicidad actual y su pasado turbio, mezclaba tantas historias que me conmovía al extremo, entre la risa y el llanto.

Tanto lloré esa mañana con los chinos del ciber delante, que no sabía si mi encuentro con Ache me convendría. Él, tan feliz con su diario, donde trabaja...Y yo, con mis fantasmas carcelarios, como Hamlet con su calavera.

En medio del drama sheakespeareano, mi amiga, la guerrera lanzó su grito:
- Basta ya! Deja la bobada de una vez! Me dijo
La expresión colombiana le encajaba perfecto a esa india que detesta las lloricas…
Me subo entonces a una barca que promete un destino más sabio….

Acuso a Ache de preverso, sexópata insensible, bestia sin tacto y animal incurable, cuando me cuenta el día en que le propuso a su mujer volverse puta, de prostíbulo, por una semana! Tal cual!. Él, también había visitado el antro e hirvió escuchando como hombres, seleccionados por ella, de entre no quiero imaginar qué numero reducido, depositaban sus ridículas fantasías lechosas en las carnes de su mujer…

Después de haber escuchado estos relatos, mi amiga, la india guerrera, con expresión burlona trabajada a lo largo de los últimos años, transforma su rostro en preocupación maternal y me dice:

- Pero vos sos una mina de oro!
Con pena y amor en los ojos.
Digiere ese sentimiento que no se permite, y después de algunas horas, vuelve rearmada al ataque:
- Lo que tenés que hacer es transformar esa energía en otra cosa! Camina.! Vamos a buscar algo….!

Hacia el fin del intensivo de zen en la borgoña francesa, siempre doloroso para muchos, y pan comido para antigüas fortachonas como mi amiga la india y yo, le digo por lo bajo en una comida con vino de la zona….
- Ya está, lo maté!!! Le digo “game over” y listo…!!!

Pero con el desconcierto habitual que dejan los sabios y sus contradicciones, me exclama:
- Qué!!! Pero qué vas a hacer??? Si ese tipo debe ser super interesante!!!

Ache reaparece entonces con un estilo tan manso, que le duró lo que a un león devorar un trozo de churrasco.


ACHE ME DA VUELTA

“Rizitos de oro” me hinchó las pelotas desde el primer momento, cuando alejó a Ache del teléfono, apurándolo, arrastrándolo. Pero cuando se apareció delante de los chinos, saliendo de la pantalla con su cara de muñequita de porcelana, colmó mi paciencia.
Una Heidi malagueña, Rizitos. Creía aún en el príncipe azul, en el hombre casado que dejaría a su mujer por su cara bonita. Con su cutis sin pasado y sus ojos sin heridas, Rizitos, había vivido demasiado poco para llevárselo a Ache. Pero ella, casamentera como buena española, con su ingenuidad sexy, se creía todavía dueña del mundo. Aún negociaba con Ache cuando irrumpe plantándome cara.

Hasta entonces, los mails de Ache habían sido guardados bajo contraseñas secretas meticulosamente, uno a uno, pero Rizitos, sonriendo al lado de Ache, me revolvía el estómago. Presioné esa cruz roja que elimina toda huella en las dos caras aniñadas de Rizitos, y con una mezcla de educación feminista y orgullo adolescente, decido dar un paso atrás. En francés: “Reculer”.
Ese impulso que te impide declarar la guerra a tus congéneres femeninas, me hizo, conteniendo una furia dolida, decirle a Ache:
- “Quizás rizitos te dé el toque light que te hace falta…”

Al salir del ciber el cielo se me cayó encima, me mareé, casi vomito, por varios días tuve náuseas, creí que estaba embarazada de no sé quién…Mi tristeza, porque Rizitos me robaba a Ache iba en aumento. Llegué a casa, después de dar una clase con la voz triste. Todavía con la respiración agitada por las escaleras, respondo a un mail en que me contaba sus pajas sobre mi foto.
Tipeo…”Si me seguís hablando de tu amor por Rizitos, desaparezco”…
Ache me enfrentaba luego diciéndome que no lo amenace, yo, dolida, y sin haberme dado cuenta que lo había amenazado, no soporto la huella de Rizitos en mi memoria.
Nunca en mi vida, salvo cuando veía a mi ex alemán conversando amablemente con mujeres peligrosas, había sentido esos celos que desgarran las entrañas.

Ache desaparece cuatro tristes días en los que ni un domingo en lo de Cesar apaciguaron mi duelo. Ni su hermano balsero, casi devorado por tiburones del caribe y transformado en defensor del capitalismo, despejaron mi angustia.
“Trabajo asegurado día y noche, coche, casa, cobertura médica, eternas hipotecas, una semana de vacaciones en tres años…América te lo da todo…!!! ” publicitaba.
Pensé, y dije a este camionero de ojos verdes…

“ ¿¿¿ Y para que querés tenerlo todo si no podés vivir !!! ??? ”

A su hermano políglota se le caía la cara de vergüenza, mi marido francés lo escuchaba con horror, sin expresar nada, Hook, el perro ciego, se chocaba con las patas de la sillas…Y yo…retrocedía una vez más porque me venían a la mente las palabras para Ache…
El texto desesperado venía como dictado. Tanto, que en un margen de diario dominguero redactaba mi grito…
”Yo soy el toque que necesitas!!! La mujer a tu medida!!! ”
Ese fue el único mail que no mandé.

Al otro día bajé el diario y lo deposité en un cesto escondido…
- La medida que qué???…Que necesita quién???
A dónde vas con eso….??? Me dije otra vez.

Ya recompuesta, pero con esa dureza que deja el dolor, le digo a Ache que me voy…”Sólo te quedarán de mí, mis fotos. Que las disfrutes!.”

La reaparición de Ache apaciguó mi pena profunda. Lo más tranquilo, declaraba una febril ausencia y me decía, mostrando por primera vez cierta debilidad…
“Mi amor, recién llego al diario repuesto de una gripe
que me dejó fuera de circulación cuatro días.
Decime, por favor, que no es cierto…”

Su súplica esperada salvó mis días…Mi amor por Ache iba en aumento…y dejando todo principio, redacto en mayúsculas con todos los dedos moviéndose solos…”Acepto todo porque no puedo dejar de pensar en vos”.

Lo mío era de cuarta, me entregaba sin reparos a un Ache que somatizaba pero no se mostraba, que dialogaba poco, que perdía mis mensajes… pero me tejía una telaraña sutil que me mantenía atrapada con sus textos:
“Ay Vida, no sabés cómo celebro haberte recuperado
y que se te haya pasado el enojo.
Sigo contigo igual que el primer día.
Tengo más ganas de cogerte que nunca.”

Él, habituado a decirle “mi amor” a toda dama, me llamaba “mi vida” sin pudor, y yo, que había guardado esas maneras sólo para el marido actual, le soltaba “mi amor”, sin que él se lo creyera.

La moral de Taxidriver y su ética inventada, volvía a acercarme a Ache una vez más. Su hedonismo dictaba la sentencia:

“ Las relaciones por red, o por teléfono, no son
ni serán consideradas, bajo ningún concepto,
bajo el título de infidelidad ”.

Sostenida en una estadística mínima, como toda prédica frágil, aseguraba que una mamada virtual había llegado a ser superior a una real, lo que le había hecho cuidarse de ellas, de las virtuales, y no sé con que extraña cadena deductiva, aterrizaba en su ciber-mandamiento.
Disintiendo con las leyes del karma, Taxidriver, amaba una teoría salvaje. Derribaba en segundos los sutras ancestrales, del karma del pensamiento, la acción, y la palabra… Sólo la acción en carne y hueso sobrevivía el concepto de infidelidad, según él. La mentalidad internauta y su filosofía, quería contradecir siglos de sabiduría oriental…
Taxidriver, aportaba un concepto insostenible, pero muy práctico, que arrebata los ejes fijos de la rueda del karma, y barría años de inconsciente culpógeno.

Adopté su aporte como dogma cibernético, y con un click, le entregué a Ache mi espalda desnuda. Mi foto erótica lo dejó perplejo en una oficina llena de curiosos. Mi culo se posaba sobre sus manos cumpliendo la promesa de entregárselo todo.
El encuentro con Ache se inauguró con sus demandas,
“te quiero desnuda, vestida,
quiero que me cuentes esto, lo otro,
que me lo cuentes todo”.
Y yo, iba respondiendo paso a paso a un personaje perversamente dulce que desde hacía diez años había perdido.


Morgana

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