Datos personales

domingo, 15 de febrero de 2009

EL FACEBOOK DE LOS COJONES! Capítulo 2. El Fabio.

¡EL FACEBOOK DE LOS COJONES!

¡me catapultó al pasado!

Cap. 2.El Fabio

Si alguien no cree que los niños se enamoran puede ser por dos motivos, uno, que no tuvo la suerte de encontrar un amor a una edad temprana, y dos, porque lo está analizando desde la perspectiva adulta.
Pero cuando un día te das cuenta que le acabas de decir a tu novio que te encantan las canaletas que tiene en su labio superior porque son iguales a las del Fabio y te parece lo más normal…Ahí, pasa algo raro.
Porque resulta que cuando el Fabio te propuso que seas su novia tenías cinco años y él seis, y él era el vecinito de arriba que de tanto estar en casa ya era parte de la familia, que venía a veces de vacaciones con nosotros, y que jugábamos al papá y a la mamá apagando las luces y mi hermana, la pobre, la acostábamos lejos, porque hacía de hija.
Pero que yo recuerde no hacíamos nada. Solo estar ahí, uno al lado del otro. Nos bastaba, nos alegraba, nos tranquilizaba. Lo que queríamos era estar juntos. Y cuando me dijo que para ser su novia me tenía que hacer de river, y en mi familia eran de boca, no lo dudé ni un segundo, y le dije que sí. Automáticamente ya era su novia. Y aunque parece ser que seguí adorando sus labios en cada novio, no me dí cuenta hasta hace poco cuando le dije eso a mi actual. Como si tal cosa.
Y lo más curioso es que el Fabio siempre tuvo pinta de señor, siempre fue re masculino, el chico grande que ya iba a primer grado, y cuando tenia seis ya había que salir de la pelopincho de casa y sacarse las mallas separados. Eso fue rarísimo. De un día para otro no nos podíamos cambiar más juntos. Nosotras en el patio, nos sacaban las mallas asi nomás, y él aparte, el pobre, solo, en la habitación. El Fabio iba creciendo y ya le daba un poco de vergüenza, pero tampoco le hacía gracia eso de quedarse aparte. Y, como todavía no tenía hermana, lo adoptamos, éramos sus hermanas y él el hermano grande que siempre quisimos. El Fabio era hijo de gallegos, un galleguito perdido como lo fue mi vieja de chica.
Y a los seis, se mudó. Y punto. Nunca más.
Sólo lo ví una vez, un ratito en una comida cuando cumplí 15. Estaba igual. Masculino. Lindo. Con su labio remarcando la canaleta entre la nariz y la boca.
Y nunca más. Supe que estaba estudiando arquitectura y que tuvo una hermana. Y chau. Fin de la historia.

Pero hace unos días recibo un mail con el siguiente texto:
Faby dice, "No creo que haya demasiadas Gaby(s) Sobel que se parezcan tanto a su madre Carmen. Sos vos Gaby? Soy el Fabio (nunca mas me llamaron asi).".

Si el corazón no se me salió por la boca es por casualidad!

Contesto. Contesta. Contesto. Contesta que en la foto del perfil anterior no se atrevió a preguntar si era yo. Es que yo, novata en estas artes, había metido una foto mía en top less, que rápidamente saqué cuando me di cuenta como venía la mano. Él creyó que era otra. Y sólo cuando vio mi cara, igual a la de mi vieja cuando era joven, se atrevió a dar el paso.
En segundos se pone en el Chat y no podíamos ni teclear de la emoción.
El Fabio de grande me muestra unas fotos de un tipo canoso, que vive en Miami, con un bronceado a lo concheto que casi no reconozco! Me tuve que acercar a la pantalla para ver si algo en esa mirada o de esos labios me remontaban a la infancia. Y haciendo un esfuerzo, reconocí los ojos de mi amor infantil y el labio con la canaleta.
Joder! Ahí estaba el Fabio alucinando igual que yo y recordando conmigo nuestro romance. El más intenso, mi primer novio, primer amigo, y como él recordó, la primera mujer que vio desnuda. Fue un amor verdadero, y si lo pienso, nunca nos dimos un beso, y ni siquiera nos tomamos de la mano!

Pero nadie podía dudar de que íbamos juntos, era mi chico y yo su chica, hiper claro.
El Fabio era un hombre ya de chico, y su nombre quedó vibrando de tal manera, que un día conocí a un tano llamado Fabio, y me enrojecí casi, y simpaticé enseguida, y a los minutos le estaba contando mi noviazgo con el Fabio, sin saber que en algunas semanas lo vería, temblaría, me daría taquicardia, me pegaría a la pantalla para entrar en su mirada.

El Fabio, dios mío. Es que era tan mi novio, que cuando encuentre a un chico de cinco, ahora, lo miraré con otros ojos.

No hay comentarios: